Por si me hacéis caso y vais a Girona, os traigo un listado de los restaurantes en los que estuvimos y que, relación calidad-precio son a mi parecer muy buenos. O será que en Madrid estamos tan acostumbrados que nos sableen que nos llama la atención. Para entendernos: baratos, baratos no son pero tampoco tan caros y estaba todo buenísimo.
Algunas fotos son un poco churro porque la iluminación a veces es más bien oscurita. Eso cuando me acuerdo de hacer las fotos, que la mayoría de las veces atacamos los platos y al rato nos damos cuenta. Qué poco fuste!
Algunas fotos son un poco churro porque la iluminación a veces es más bien oscurita. Eso cuando me acuerdo de hacer las fotos, que la mayoría de las veces atacamos los platos y al rato nos damos cuenta. Qué poco fuste!
Como acaban de darle un premio, llamé a El Celler de Can Roca con antelación, porque pensé que por una vez tampoco pasaba nada si nos gastábamos un pastón en cenar, aunque ya sé que es el tres estrellas Michelin más barato pero aún así, mi economía está maltrecha últimamente. Lo tenían todo reservado para los próximos 11 meses, ilusa de mí. Así que lo que nos íbamos a gastar en una sola cena nos lo fundimos en varias.
El restaurante al que fuimos primero es "Plaça del Ví, 7" que está en esa dirección, genial así no hay que pensar mucho, no? Fuimos dos veces, porque nos gustó, no había que reservar (por lo menos entre semana) y sobre todo porque se puede picar varios platos y compartir y cuando no se tiene tanta hambre, está bien. Probamos casi toda la carta (no es muy larga), lo que más nos gustó fue el canelón de confit de pato, la ensalada de codorniz escabechada, el surtido de embutidos, el carpaccio de lengua y las gambas salteadas. Lo que menos gracia me hizo (sin estar mal, es que no acerté) fue el parmentier de butifarra. El servicio atento, nos recomendaros otros restaurantes por la zona, el Nu, el Cal Ros (que estaba cerrado por vacaciones) y L'Alquería. Estas son las fotos churro de las que hablaba, no sé porque no tengo más y mejores fotos, se ve que estaba todo muy rico.
Paseando después de cenar vimos un restaurante curioso, Arros i Peix, así que reservamos para el día siguiente de una. Es un restaurante donde tienen el género expuesto tal cual en crudo, como si fuera un puesto del mercado. Elijes y te lo hacen al momento. Una familia rusa a nuestro lado se había pedido unos percebes pero no sabían cómo atacarlos, así que les dijimos cómo se comían. Es lo que tiene ser ruso.
Pedimos unas ostras y unas nécoras y luego un arroz con bogavante. Todo muy bueno. Tentada estuve de pedir unas espardeñas, que nunca las he probado, pero es que me dan un poco de nosequé. Son los pepinos de mar del Mediterráneo, antes sólo los conocían los pescadores y se hacían arroces con ellos. En los años ochenta la costa de Ecuador estaba llena de barcos de pesca japoneses y entre otras cosas los pescaban para llevárselos, ya que en Japón estaban muy cotizados y allí nada. Hasta que se pongan de moda, como aquí.
El siguiente restaurante que visitamos fue Occi, éste es pequeño, así que hay que reservar sí o sí. Aquí ya tengo mejores fotos, menos mal. Nos dieron un aperitivo de navaja sobre yogurt con salsa de frutos del bosque, compartimos un carpaccio de gambas de Palamós con ensalada de foie y luego un canalón de pato confitado y manzana al Oporto para mí y bitoc de potro con cebolla caramelizada y chips de tubérculos para E. Estaba todo genial, nos encantó.
Al día siguiente fuimos a L'Escala, recorrimos el pueblo, y por el paseo que lleva las ruinas de Empúries llegamos andando al pequeño pueblecito de Sant Martí d'Empúries. Comimos en Can Roura, que es una antigua masía y tienda que se ha reconvertido en restaurante y también alquilan estudios. No recuerdo muy bien qué comimos pero el camarero era muy atento. Estaba todo hasta la bandera y suerte tuvimos que nos dieran de comer!
Después nos fuimos al museo de la anchoa de L'Escala.
Vimos cómo es el proceso, cómo se hacía antiguamente y toda la historia de la industria. La diferencia de las anchoas de aquí con otras (por ejemplo las cantábricas) es que aquí las envasan enteras en sal y luego para comerlas hay que lavar la sal y lo que tengan de espina y ponerlas con un chorrito de aceite sobre un pan con tomate por ejemplo. Después compramos unos frascos porque nos dijo la recepcionista que en el pueblo al ser domingo todo iba a estar cerrado. Já. Mejor comprarlas en el pueblo que hay mucha más variedad y más rotación de producto.
Y para despedirnos de L'Escala nos vimos el pueblo y nos tomamos una copa de cava y una tapa de anchoas.